Saltar al contenido

Las Capaces Diosas De La Civilización Maya

31/07/2020

El primer eje de este período, el descenso al inframundo del padre, la primera semilla, y su muerte a manos de los señores de Xibalbá, que equivale a la siembra del maíz, lo encontramos representado desde las diversas vasijas pintadas de la época Clásica hasta, siglos después, contado por el Popol Vuh. Este sacrificio es también el primer registro que conocemos de la condición mortal de los humanos. Asimismo para estas etnias el agua es un elemento que purifica cuerpo, alma y espíritu. Como lo sugieren las estelas de Izapa que tienen grabadas las imágenes más antiguas que conocemos de los Gemelos Divinos, y como lo detallan los cultos olmecas del dios del maíz, el mito del nacimiento del dios indudablemente empezó a relatarse desde el Preclásico, muchos años antes de la era actual. Lo más posible es que naciese con los inicios de la civilización, en el momento en que los mesoamericanos descubrieron el secreto de las plantas cultivadas y crearon su vida en la agricultura. El relato cosmogónico que los mayas tradicionales grabaron en sus monumentos señala que en sus orígenes éste fue un mito agrícola, una narración centrada en el brote fantástico de la planta del maíz del interior de la tierra. En la iconografía mesoamericana el inframundo es una zona poblada por plantas y animales acuáticos, o por grutas en su interior, como se ve en una pintura mural de Teotihuacán(Fig. 18).

La dualidad vida-muerte también está representada en esta singular deidad maya, confluyendo, en una sola imagen la desintegración del cuerpo físico —en su probable tránsito por el Inframundo— y la reducción esquelética. Bajo esta apreciación biológica forense y criminalística, es intención de este artículo redimensionar, bajo un concepto diferente, el culto a los muertos entre los mayas. Para los mayas, Ah Puch, el dios de la desaparición, quién asimismo era conocido como Ah Cimih o Kitzin, el hediondo, siguiendo la mitología maya, se relata que es el dios y rey de Xibalbá, o sea, el inframundo y era descrito como un esqueleto o cadáver con un rostro de jaguar o búho adornado con campanas.

dios de la muerte maya

Otras de las considerables culturas prehispánicas que se desarrolló en Mesoamérica, es la aztecas o mexicas quienes integraron a su sociedad prácticas religiosas y las mismas creencias sobre la muerte. “Sabían que la muerte era parte de una continuidad y la finalidad última” (Haase Martínez, C. I, 2013). Para la civilización la muerte sostenía el orden cósmico escencial, su dios era Mictlantecuhtli y Tezcatlipoca . TLALOCAN, (paraíso terrenal de los aztecas) espacio de los tlaloques o asistentes de Tlaloc , sitio lleno de alegrías, con un campo de mazorcas, calabazas, chiles verdes, jitomates, frijoles y flores. Este relato reitera con precisión el período básico de la siembra de la semilla del maíz en el interior de la tierra, seguido por su germinación en Xibalbá, el inframundo de los mayas, donde se enfrenta a los dioses de esa zona.

Ah Puch, Dios De La Muerte

Este dios era el patrono de la labranza, y los códices lo muestran ocupado en extensa variedad de trabajos agrícolas. De manera directa, o encarnado por un sacerdote, hace aparición algunas veces en la estatua de la Epoca Tradicional, regando granos de este cereal sobre la cabeza de la madre tierra. Lo mismo que el maíz que representa, tiene bastantes contrincantes y su destino estaba sujeto a los dioses de la lluvia, el viento, la sequía, el apetito y la desaparición. En un lugar se presenta bajo la protección del dios de la lluvia y en otro combate con el dios de la desaparición.

Lea mas sobre software transportes aqui.

  • Los mayas tenían la creencia que este señor de la muerte merodeaba en las viviendas de los enfermos para llevarlos a Xibalbá con el apoyo de una cuerda que les arrebataba sus vidas.
  • De ahí que en todos y cada uno de los mitos cosmogónicos el lugar donde ocurre la novedosa creación es el inframundo, la matriz obscura donde habitan las fuerzas progenitoras de la naturaleza, los astros y los seres vivos.
  • En esta primera fase de la creación, cuando se definen las regiones del cosmos y se señalan sus atributos, la relación del inframundo con la extensión de la tierra y el cielo es la relación que el mito y la teología más se afanan en regular.

Los mitos cosmogónicos que relatan el origen del mundo y su composición cumplen esa labor. Los estudios sobre los viejos mayas registran la existencia de este mito desde los años iniciales de la temporada Clásica ( d.C.), y las indagaciones etnográficas confirmaron la continuidad de esa tradición entre los mayas contemporáneos. Los mitos nauas y mayas cuentan que la creación de un cosmos ordenado exigió a los dioses un enorme esfuerzo, pues los primeros intentos resultaron fallidos o fueron abolidos por destrucciones aciagas. La primera parte de estos cuentos registra una guerra galáctica entre las potencias celestes y las telúricas, un enfrentamiento que impide fundar un orden permanente. Al final el mito cuenta la aparición de la Montaña Escencial que surge del océano y funda la extensión de la tierra. Entre los mayas esta montaña se llama Yax-Hal-Witz, Primera Montaña Verdadera. Según mi interpretación, la creación de la extensión de la tierra es el acontecimiento definitivo de esta etapa, pues la aparición de la tierra pone fin al infructuoso combate entre las fuerzas fecundadoras del cielo y las germinales del inframundo.

La Muerte Y El Inframundo Forman Parte Primordial De La Cultura Maya En Yucatán

En este tiempo los mitos, los ritos, la imaginería religiosa, el arte público y la propaganda política se unieron para llevar a cabo del dios del maíz un espejo de virtudes del pueblo maya. Era el dios generador de la existencia humana, el principal creador del poblado sedentario y el benefactor de las artes y las ciencias. Tenía la condición del dios siempre y en todo momento joven cuyo cuerpo reverdecía cada primavera. Su reaparición estacional era símbolo de vida eterna, y de ahí que la desaparición y el renacimiento anual de la planta del maíz se transformaron en metáfora de la continuidad imperecedera del poder dinástico. Otra escena vinculada al renacimiento del dios lo pinta danzando, vestido con su personalísimo traje de esferas y tubos de jade, tal y como si festejara su triunfo sobre las potencias de la desaparición y la esterilidad. Karl Taube mostró que una característica del dios maya del maíz en la época Tradicional es la representación de su cabeza en forma increíblemente alargada, que simula la mazorca de la planta, y su cráneo tonsurado, que además busca prolongar la cara y acentuar su apariencia juvenil.

En algunas oportunidades se ve esta mazorca aflorando del jeroglífico del día Kan, que es el propio símbolo del maíz en los códices. De todos los dioses representados en los códices, esta deidad ofrece el mayor grado de deformación de la cabeza. El jeroglífico de su nombre es su propia cabeza que se resuelve en su parte más alta en una mazorca de maíz muy estilizada y cubierta de hojas.

dios de la muerte maya

Otras imágenes afirman que la cancha del juego de pelota es una expresión simbólica del espacio geográfico del inframundo. De este modo, en un vaso se representa al dios del maíz parado en una cancha del juego de pelota vista de perfil, una imagen que indica que el dios está en el cogollo del inframundo, en el centro del juego de pelota.

En los códices, Itzamná hace aparición representado como un viejo de mandíbulas sin dientes y mofletes hundidos. Su nombre tiene 2 jeroglíficos, el primero, que puede ser una representación convencional de su cabeza, y el segundo que contiene como elemento principal el signo del día Ahau. Este signo de día, significaba «rey, emperador, monarca, príncipe o gran señor»; de forma que el segundo de los jeroglíficos del nombre de Itzamná declara su posición como jefe del panteón maya. Era el patrono del día Ahau, el último y más importante de los veinte días mayas. En estos últimos conceptos está asociado con Kinich Ahau, el dios del sol a quien adoraban con especialidad en Izamal, en el norte de Yucatán, y con Ixchel, la diosa de la luna. Dicen de Itzamná que fue el primer sacerdote, el inventor de la escritura y de los libros, que dio a los sitios de Yucatán el nombre con que se conocen y que dividió las tierras en esa región. Estas actividades indican que el culto de Itzamná no tuvo origen en Yucatán, sino fue traído de alguna otra sección; y como entendemos que la institución sacerdotal y la escritura jeroglífica se desarrollaron primero en la Epoca Tradicional, es probable que haya sido una deidad trasplantada del Petén.

dios de la muerte maya

En estas imágenes el joven dios del maíz encarna el ideal de hermosura, regeneración y energía escencial del mundo maya de la temporada Clásica. Unas imágenes que a primer aspecto parecen incomprensibles dibujan el instante de la reencarnación del dios surgiendo de las fauces de una figura zoomorfa, que probablemente representa las fuerzas germinales de la tierra (Fig. 12). Prosiguen otras escenas, no menos espectaculares, en las que el joven dios del maíz halla unas hermosas mujeres desnudas, quienes dialogan con él y semejan prestas a cuidarlo (Fig. 13). Luego esas mujeres tentadoras proceden a vestirlo(Fig. 14), una ceremonia múltiples veces representada, donde el dios recibe unos atentos para las orejas, un collar, brazaletes para las muñecas, ajorcas para los tobillos y un cinturón del que cuelga una concha marina, todo hecho de finas piedras de jade. La parte más vistosa de este traje es un faldellín tejido con apariencia de red con cuentas y pequeños cilindros de jade. Esto es, el vestido del joven dios del maíz es la fertilidad misma, simbolizada por las refulgentes piedras de jade, que representan las hojas verdes de la planta y las fuerzas germinales del agua y de la tierra. Hablamos de una escena que avanza en el medio húmedo del inframundo, y como advierten Michel Quenon y Geneviève Le Fort, el faldellín de redes de jade es una imitación exacta del diseño impreso en el carapacho de la tortuga, que a su vez es el símbolo de la tierra entre los mayas.

Pero la historia más completa del dios del maíz en la época Tradicional la podemos encontrar pintada en una colección de preciosas vasijas mayas, o contada en las inscripciones de sus glifos. Los espectaculares episodios de esta historia se esclarecieron con el desciframiento de los contenidos escritos grabados en una estela de Quiriguá y en los templos de Palenque, que alumbraron el drama de la creación del cosmos, acontecimiento que se remonta al lejano año de 3114 a.C. En esa fecha mítica, que registra la terminación de un periodo de 13 ciclos o baktunes, diríase que nació el Primer Padre, quien en otros textos es llamado Jun Nal Ye o Jun Ye Nal, Primera Semilla de Maíz.

En última instancia, la resurrección del dios del maíz significó la aparición en la tierra del alimento de los seres humanos, cuya carne misma, como dice el Popol Vuh, fue llevada a cabo de la masa del maíz. A cambio de ese don primordial que le dio vida a la nueva humanidad y aseguró su reproducción por medio de las consecutivas generaciones, los dioses demandaron a los hombres y mujeres que en reciprocidad adoraran, recordaran y nutrieran a sus protectores, particularmente con el sacrificio de su propia sangre. Dios jaguar, se representaba con el cuerpo cubierto de máculas, con cabeza de jaguar, dientes incisivos sobresalientes y un mechón de pelo de lado, era la encarnación del jaguar, un animal que simbolizaba fuerza y poder en la civilización maya. Asimismo era quien representaba el paso del sol por el inframundo, los mayas afirmaban que el dios del sol se transformaba en jaguar y viajaba por la oscuridad en el mundo de los fallecidos. Los distintos nombres del dios maya de la desaparición y la iconografía que lo representa mencionan a un registro preciso de ciertos fenómenos cadavéricos, varios de los cuales son analizados, en el presente artículo, bajo la óptica de las ciencias biológicas forenses.

dios de la muerte maya

Lea mas sobre el-humidificador.com aqui.

Estos aparecen algunas veces atados a sus pelos o a fajas que le ajustan los antebrazos y piernas, pero más a menudo están prendidos de un collar en forma de golilla. Estos cascabeles de todos tamaños, hechos de cobre y a veces de oro, se hallaron en notables cantidades a lo largo del dragado del Pozo de los sacrificios de Chichén Itzá, se supone que en el sitio donde habían sido arrojados con las víctimas inmoladas. Ah Puch, la antítesis de Itzamná, tiene como 2 jeroglíficos de su nombre, y es, tras este, la única deidad que se distingue así. El primero representa la cabeza de un cadáver con los ojos cerrados por la muerte, el segundo la cabeza del dios mismo, con la nariz truncada, mandíbulas descarnadas y como prefijo un cuchillo de pedernal para los sacrificios. Un signo que se encuentra asociado recurrentemente al dios de la desaparición es algo parecido a nuestro signo de tanto por ciento %. El dios de la desaparición era la deidad patrona del día Cimí, que significa «muerte» en maya. En el caso de Ah Puch, estamos en frente de una deidad de primera clase, como lo prueba la frecuencia de sus representaciones en los códices.

Siguiendo la tradición olmeca, los mayas representaron el inframundo en forma cuatrifoliada e identificaron ese diseño con la cancha del juego de pelota. Las piedras labradas que servían de marcadores en el magnífico juego de pelota de Copán tienen esa forma, ya que indican que la partida que ahí se describe se jugó en el inframundo.

Como jefe de los demonios, Hunhau reinaba sobre el más bajo de los nueve mundos subterráneos de los mayas, y todavía hoy creen los mayas modernos que bajo la figura de Yum Cimil, el Señor de la Muerte, deambula en torno a las habitaciones de los enfermos en acecho de su presa. Prescindiendo de Hunab Ku, el constructor, que no semeja haber desempeñado un papel importante en la vida de la multitud del pueblo, el gran Itzamná, hijo de Hunab Ku se resaltaba a la cabeza del panteón maya.

En estas urnas el dios lleva una máscara que cubre parte de su nariz y boca. Su tocado está compuesto por el llamado glifo C, la boca del tigre, en el que sobresalen unas mazorcas de maíz. Los funerales para los mayas significaba honrar a la tierra y llevar al difunto al inframundo, para que regresará con los dioses que le brindaron vida, dice Héctor Camilo Sánchez Beltrán doctor en psicología y experto en antropología de la Facultad de Guadalajara . Los dioses del inframundo eran representados con esqueletos, calaveras, sombras, obscuridad y colores como negro y amarillo relacionados con la desaparición de acuerdo a los mayas. Se les rendía culto y sacrificios, en tanto que se pensaba que mantenían la estabilidad de vida y muerte en la tierra. Si no recibían los sacrificios que corresponden, se despertaba su furia y capacidad de destrucción a través de patologías, mal, catastrofes, entre otros muchos castigos para los humanos.

Lea mas sobre laradiofrecuencia.net aqui.

En el orden de la frecuencia de su representación en los códices corresponde al tercer sitio, al dios del maíz o dios de la agricultura, que aparece 98 veces en los tres manuscritos. Se le representa siempre como un joven (véase el fontispicio) y en ocasiones como una mazorca de maíz como ornamento de la cabeza.

Como primer sacerdote e inventor de la escritura, Itzamná es claramente un dios cuyo origen se remonta a los principios de la historia maya y que probablemente estuvo siempre y en todo momento a la cabeza del panteón de aquellas gentes. El nacimiento del dios del maíz, que en los mitos mayas de creación es el primer acto de la nueva era galáctica, selló otro pacto primordial entre los dioses y los pobladores de la tierra.

Según esta cosmogonía, Jun Nal Ye creó una casa en un lugar llamado Cielo Levantado y la dividió en ocho partes, orientadas hacia los 4 rumbos del cosmos. Exactamente en el mismo sitio ubicó las tres piedras que señalaron el inicio de la creación del cosmos y levantó el árbol cósmico llamado Wakan-kan, que es el árbol que se ve en el centro del tablero del Templo de la Cruz en Palenque (Fig. 5a). En la cultura de Izapa (150 a.C.-250 d.C.), las estelas que relatan la creación del cosmos reproducen la figura del dios del maíz viajando en canoa (Fig. 1), un episodio que se repetirá después en las vasijas mayas de la época Clásica. Otros estudios sobre el dios del maíz recogen imágenes del estilo olmeca tardío donde se ve al dios explorando en canoas (Fig. 2).Los zapotecos de Oaxaca, cuyo desarrollo transcurre entre 500 a.C. Más tarde, inspirados en esta tradición, crearon al popular Pitao Cozobi, el dios zapoteco del maíz cuya imagen se multiplicó en las urnas funerarias de esa zona (Fig. 4).

dios de la muerte maya